jueves, 6 de septiembre de 2007

Tejido y feminismo

“Ana Makarovna ha terminado sus medias", dijo la Condesa Marya. Eso era… dos medias tejidas bajo una técnica secreta que sólo ella conocía, la de de tejerlas simultáneamente. Cuando completó el par, ofreció a sus hijos en una ceremonia solemne, la obra de sus manos.

La Guerra y la Paz, 1869
León Tolstoy (1828-1910)


Con los movimientos feministas, se colocó al tejido en tela de juicio tomándolo como un trabajo pesado, rutinario o contrario al desarrollo de las ideas de liberación de la mujer. Sin embargo en la década del sesenta se lo reconsideró como un lazo auténtico con la historia de las mujeres que nos precedieron y un tributo a sus manos esmeradas y creativas.
El rescate de lo artesanal en plena industrialización tecnológica, nos habla del regreso de este arte textil, que es hoy una actividad recreativa, para todas las edades y un elemento central de la moda y el arte.
Sin importar la procedencia de la prenda artesanal, hay algo mágico que se percibe al vestir algo en punto: la energía del artesano que lo realizó.
Es como una imposición de manos que nos da calor y energía multicolor. Para el tejedor, la experiencia de tejer una prenda, es igualmente mágica, ya que al crear un patrón imaginario y punto por punto ir desarrollándolo, se entra en un estado hipnótico, de éxtasis creativo como en cualquier expresión artística.
El receptor de esa prenda captará algunos de los muchos significados enlazados en cada punto, emociones, texturas ,colores, aromas e imágenes contenidas en una hebra que viene del pasado, lo conectará con el ahora y un futuro más allá.

Adriana Paoletta

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