Roberto Cavalli:Invierno 2008

La colección Otoño- invierno 2008 de Roberto Cavalli,está inspirada de día en una mujer de principios de siglo, en la década del treinta,con diseños art decó en diseños virtuosisimos de estampados en vestidos y blusas de seda natural en las gamas de los grises y natural, con sus cazadoras blancas de piel, sus vestidos elegantes a la rodilla con escotes buches,blusas baloon de lamé con pantalones pitillos,trajes impecablemente blancos con saco ceñido a la cintura y falda tubo, accesorios con sombreros de ala ancha y un sobre de mano de piel roja que es un encanto. Para la noche, a soñar con un crucero por el Nilo, en donde se emula a Cleopatra con trajes de oro centelleante y grandes escotes en la espalda, el verde acerado en un vestido que es digno de reinas y el dorado en lamés que ajustan seductoramente la figura de esta mujer sofisticada y glamorosa de Roberto Cavalli.



La línea Just Cavalli, como lo define su diseñador, " no es una segunda línea, sino una línea que se dirige a otro público, más jóven , que quiere vestirse muy bien y con la sofisticación de esta firma, pero a un precio más accesible, sin perder el encanto de autor.Sin dudas el hábil talento de Cavalli es abarcar grandes públicos y de diversas edades que cautivados por el glam de la moda se desviven por sus productos.Esta colección está marcada por el estilo de montaña, en plumines, de cuero dorado, gris plomo con anillos de lana y piel, los colores son casi metafísicos, el negro, el plomo acerado, el cobre y el dorado, en combinaciones de faldas baloon minis, pantalones pitillos y casacas de piel con enormes cuellos y mangas farol en diferentes capas y texturas, grandes boleros de lana con cuellos amplios sobre camisas y blusas con accesorios de perlas en forma de prendedores XL, que son el toque retro y fashion del look montaña, nada de jeans, sólo faldas y vestidos de gasa, con el print al que nos tiene acostumbradas en todas las colecciones.Moderno y audaz, nada mejor que un abrigo de piel dorado o blanco para abrazar el frío de los Alpes.

Adriana Paoletta